Fue caminando entre la lluvia cuando entendí todo, o al menos, casi todo. Una idea que me traía casi descompuesta otra vez se prendía con mayor fuerza, y es que, desde hace unos meses entendí que necesito conectarme con mi primer chakra, ya saben, el de la base, ese foquito rojo de otra dimensión que nos ancla a la tierra. La primera cosa que se me vino a la cabeza fue claro: "el dinero", resolver mis asuntos financieros y poner en práctica los conocimientos que me da mi profesión, y por ahí, más o menos y muy lejano, vi que la comida tenía algo que ver, pero nunca me lo plantee de forma seria, o mejor dicho, de forma espiritual; siempre era el eterno enfoque de bajar de peso e innumerables remedios para desaparecer la grasita, y hasta ahí. Así que bajo la lluvia y con un deseo tan inmenso como dudoso, (porque así son todos los sueños al inicio, no nos hagamos) me dije: "es momento de conectarme con la tierra través de lo que ella proporciona, la fruta". Y es así como llegó la segunda etapa de mi conexión con la tierra, y la iniciativa de este blog. La primera etapa, en mi vida, se cubrió al integrarme nuevamente a mis proyectos profesionales, y la segunda, se cubrirá al reconciliarme con la comida. Así que diariamente iré anotando mis novedades, que tendrán como base un nuevo estilo de alimentación, al inicio frugívora, y después, quién sabe, el camino y mi proceso me irán diciendo cómo hacerle. Mañana mismo empieza y hoy tengo todo preparado, orden en la cocina, fruta al alcance de mi mano y la conciencia de una desintoxicación completa de cuerpo, mente y espíritu, para retomar el camino hacia nuevos hábitos en mi corazón.
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